jueves, 5 de mayo de 2011

Al viento


Me gusta llevar la cabellera larga y que el viento alborote su tranquilidad para convertirlo en una danza de libertad. Es curioso. A veces se enredan por detrás. Tal vez piensen que no los veo. Tal vez piensen que pueden hacer lo que quieran. Siempre pierden al final. La danza se siente mucho mejor con un espectáculo como este. Escucho Revolution de The Beatles mientras el cielo celeste nos regala toda una gama de rosados pintadas en nubes desordenadas. Llegamos a Benavides y el cambio de dirección al Oeste nos encierra en cielos ya grises. La 126 está vacía. El avance lento por la acumulación de autos detiene la danza de libertad. Sólo nos queda esperar, sabemos que volverá. Esto es un simple tributo a lo insignificante.

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