martes, 21 de diciembre de 2010

Inspiración limeña 3: Luchar nosotros por nosotros; siempre hay una luz.




Desunión

Corrupción

Materialismo

Odio

Injusticia

Guerras

Drogas



Negativas. Todas ellas son cosas realmente negativas. Cada una de ellas me enciende como si estuviera hecha de material increíblemente inflamable y me dan ganas de destruir el mundo. Me hacen sentir una impotencia del tamaño del universo. Me hacen pensar. Me hacen llorar. Me hacen gritar. Me gustaría que el mundo sea un dibujo de lápiz, sostener un borrador y así deshacerme de lo no deseado. Deshacerme del sufrimiento, deshacerme del mal.

Pero la verdad es que por más que llore, por más que grite, ninguna de ellas irá desapareciendo y ninguna situación irá mejorando. La verdad es que ninguno de estos problemas se resolverán de la noche a la mañana. La verdad es que todo seguirá igual hasta que nosotros lo permitamos. ¿Acaso no nos damos cuenta que nosotros tenemos el poder? ¿Acaso no nos damos cuenta que si todos somos uno, seremos una unidad imparable? ¿Por qué no dejamos de pensar sólo en nosotros y vemos un poco más allá?

Albert Einstein dijo una vez:

“Me gustaría hacer algo realmente grandioso y hermoso, pero debo comenzar haciendo las pequeñas cosas como si fueran grandiosas y hermosas”.

Sé que tal vez muchos de ustedes no vean la conexión entre lo anterior y la cita pero intento decir algo. Lo que intento decir es que esa es la clave para la humanidad. El problema es muy grande y grave, nunca podríamos resolverlos de una; sin embargo, lo que si podemos hacer es dividirlo. Hacer aquellas pequeñas cosas que como unidad podrían resolver el problema entero. Aquellas pequeñas cosas muchas veces no son grandiosas ni hermosas, muchas veces son sacrificios; pero miremos más allá, miramos el objetivo, la meta. ¿El mundo no sería mejor con un poco más de un unión y un poco más de compasión? ¿El mundo no sería un mejor lugar para todos? Por todo esto, aquellas pequeñas cosas son grandiosas y hermosas; y aumentan su valor si las hacemos con el corazón.

¿Por qué no construimos un nuevo mundo? ¿Por qué no construimos un mundo sin razas, sin guerras, sin violencia, sin materialismo, sin corrupción? ¿Por qué no construimos un mundo unido, libre, en armonía con la naturaleza, y que respete al igual? ¿Por qué no?

Los seres humanos tenemos esta debilidad de olvidar lo que es el dolor. Cuando alguien sale de aquella fase, y es porque ha tenido suerte, después de unos meses el tiempo cumple con su función y él olvida. Las cosas se mejoran y cuando vemos a alguien en la misma situación que tuvimos que pasar, ya en días pasados, son muy pocas las personas que realmente consideran ayudarlo. La mayoría olvida completamente lo que es el dolor; algunos todavía lo recuerdan turbiamente.

Pero creo que peor que olvidar el dolor es ignorarlo. ¿No hacemos eso constantemente? ¿No somos indiferentes a las miles de muertes a cada minuto de los lugares más pobres del mundo? ¿No somos ignorantes a los problemas de aquellas personas que no tienen las mismas oportunidades que tú o yo para salir de la pobreza? Yo creo que el primer gran paso que podemos dar es cuando comenzamos a pensar en toda esa pobre gente cuya dosis de todos los días son esos problemas. Cuando nos comiencen a importar, el mundo ya comenzará a ser otro.

Nada es imposible. Y sé que es otra frase muy comercial, prostituta y que ya como muchas otras ha perdido mucho valor pero es completamente cierta. Nada es imposible, no hay qué nos frene a aspirar y lograr un mundo mejor.

Llámenme ilusa. Llámenme inocente. Llámenme soñadora. Pero como decía John Lennon: sé que no soy la única. Yo creo en tu corazón y en el amor que se encuentra allí. Yo creo que juntos podemos realizar cosas maravillosas; lo único que necesitamos es que te nos unas. Como escuché una vez: “El momento que dejamos de pelear por nosotros, ese es el momento que perdemos nuestra humanidad”. ¿Por qué no comenzamos a vivir como humanidad que somos?

¿Por qué no dejamos nuestras diferencias? ¿Por qué no aceptamos que somos seres humanos y como tales somos imperfectos y que no podemos controlar casi nada? ¿Por qué no aceptamos que si seguimos en el camino donde estamos nos estamos dirigiendo, forzando a muchos, a un callejón sin salida?

Para avanzar tenemos que perdonarnos. Tenemos que perdonar nuestras imperfecciones y aceptar que seguiremos cometiendo errores sólo que ahora si nos importarán si los errores afectan a terceros.

Sé que todos esos problemas me hacen querer sacudir el mundo hasta dejarlo sin ellos, pero no puedo hacer eso. Sé que a veces me siento tan impotente que me gustaría desaparecer a todos los protagonistas de esos problemas, pero no puedo hacer eso. Ni la guerra ni la violencia son la solución. ¿Por qué rebajarnos a tal nivel? ¿Matar gente para ayudar a la gente? Creo que queda claro que no está bien. En el Perú el terrorismo es un capítulo muy sangriento de nuestra historia pero que no podemos olvidar porque si no apoyamos a que se vuelva a repetir.

Hoy visité el sexto piso del Museo de la Nación y pude sentir el dolor al ver aquellas expresiones de sufrimiento. No fue justo y no es justo para ellos. ¿Por qué ellos tuvieron que sufrir? ¿Por qué ellos tuvieron que sufrir por la corrupción de unos pocos? ¿Por qué ellos tuvieron que sufrir si fuimos nosotros los que dejábamos que todos esos problemas continuaran?

Sé que hay mucha oscuridad hoy en día pero a pesar de ello siempre también hay una luz. Procuremos hacer aquellas pequeñas cosas mirando la luz. Con esperanza, luchemos nosotros por nosotros.

Paz.

P.D.: Ninguna foto es mía. Le pertenecen a sus autores y a la historia. Las pueden encontrar en el sexto piso del Museo de la Nación.

2 comentarios: