jueves, 12 de agosto de 2010

La vita è bella


Bueno, ayer la vi por segunda vez y obviamente la entendí mejor. Pero mi opinión acerca de esta película no ha cambiado para nada: extraordinaria. Director: Roberto Benigni. Protagonista (Guido): Roberto Benigni. Guión: Roberto Benigni. Cantidad de espectadores: incalculable. Y es que es tan buena película que aún sigue trascendiendo.

Creo que lo que nos quiere transmitir el sabio Benigni es que la mente y la vida son como un televisor. Toda vida tiene tantos canales como un televisor. En algunos pasan cosas que nos enojan, en otras cosas que nos hacen reír, y algunas otras cosas que nos hacen sentir bien. En el mundo solo existen dos clases de personas: las que disfrutan de la vida y los que no. Los que no son, obviamente, lo que la llevan como una carga, como una obligación. Y los que sí son los que viven el presente guardando lo mejor del pasado y esperando felizmente el futuro. Pero ¿Qué es lo que hace la diferencia entre uno y otro? Pues, mi opinión es que depende qué canal sintonices en tu mente. Si quieres un canal que sólo pasen desastres, te atormentarás sin poder vivir tranquilo. Si quieres un canal que pasen cosas bonitas que te hagan recordar buenos tiempos de tu vida entonces vivirás feliz. Y no estoy diciendo que tenemos que ignorar todas las desgracias del mundo pero de qué sirve preocuparse y angustiarse por tales desgracias si sabemos que siempre existirá pobreza e infelicidad. Son cosas que están fuera de nuestro alcance. ¿Podemos disminuir la pobreza e infelicidad? Si, por supuesto que sí; pero podemos desaparecerla, la respuesta es claramente negativa.

“Nuestro futuro está en nuestras manos” Es cierto. Toda nuestra vida depende de nosotros, claro creo yo, combinada con un poco de destino y suerte. Pero si queremos vivir tranquilos y felices tenemos que sintonizar los mejores canales del televisor. Es fácil. Intentenlo.

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