miércoles, 8 de diciembre de 2010

Secando lágrimas

Fotógrafa: Luciana Gonzalez-Polar


Yo estoy aqui para ti; para secar esa lágrima que cae y juntos luchar para cesar tu dolor.

Por alguna razón tengo dificultades para expresar lo que quiero expresar; igual lo intentaré.

Hablamos, escuchamos y miramos sobre nuestras violaciones, nuestros asaltos, nuestros robos, nuestras peleas, nuestras guerras. ¿Y qué hay de la naturaleza? ¿Acaso no la asaltamos, la violamos, la golpeamos? ¿Acaso no la tratamos como si fuera nuestra? ¿Acaso no la explotamos?

Y ahora pregunto ¿Quién nos dijo que la naturaleza es nuestra? ¿Quién nos dijo que podemos hacer lo que se nos plazca con ella?

Cuando viajé a Iquitos, tuve la inmensa oportunidad de ver árboles realmente majestuosos. Eran de 50 metros de alto y de 2 metros de diámetro. Con inmensas raíces y millones de hojas alrededor. Sentí lo que Bárbara d’Achille mencionó un día del pasado:

“Si uno se detiene a observar un árbol, sobre todo si es un árbol grande y majestuoso, no puede dejar de asombrarse ante una de las obras más maravillosas de la naturaleza… Si uno va más allá, con ayuda de la imaginación puede percibir que el árbol respira y con ello purifica el aire; que su mecanismo de fotosíntesis genera energía; que cada una de sus células almacena nutrientes y humedad. La fascinación aumenta ante la utilidad del árbol: no solo preserva y mejora la tierra donde crece, sino que sus raíces, tronco y copa albergan una enorme variedad de seres. Se puede decir que el árbol es el símbolo de la vida misma”

Cuando observas un árbol así de grandioso te da ganas de abrazarlo y sentir la sabiduría de su vida entre tus brazos. Ese árbol ha estado ahí antes de que yo naciera, antes de que mi madre naciera, incluso antes de que mi abuela naciera. Generaciones y generaciones. Vive, respira y siente. El árbol quieto, escucha. Sabe todo lo que ha pasado a su alrededor durante toda su vida; años de años.

Mi profesor de Ecología decía que antes los seres humanos al ver un árbol o un bosque veían metros cúbicos de madera. Aún existen esos seres humanos; aunque ahora también existen aquellos que sólo ven un maravilloso ser vivo.

Yo sí creo que existe esa magia en la naturaleza que la hace perfecta. Yo sí creo que los árboles sienten. Y no sólo cuando los tocan o cuando les hablas sino que ellos saben lo que está pasando. Y, por eso, ellos lloran. Son capaces de sentir tristeza y sufrir. ¿Es justo que sufran por nuestra culpa?

Cuando se tala un árbol no sólo consigues madera, también un alma se ha perdido. ¿Dónde está nuestro amor? ¿Dónde está nuestra gratitud? Somos asesinos y lo seguiremos siendo porque lo necesitamos; pero, yo digo ¿en qué momento les devolveremos el favor? ¿Será que la Tierra sabe que nunca lo haremos y por eso lo tendrá que cobrar a la fuerza? Y, aún peor ¿todas esas muertes tienen algún propósito más que obtener dinero y satisfacer necesidades humanas? No lo creo.

El árbol no sólo es el símbolo de vida misma sino que también alberga vida, cantidades gigantescas de vida. Cuando talamos un árbol destruimos también el hogar de miles de seres vivos. Miles de aves, mamíferos, reptiles e insectos mueren o se mudan. Es decir, que nuestra culpa de asesinos aumenta; somos asesinos de ecosistemas completos también.

Lo más maravilloso de los árboles es que hacen del espacio algo realmente hermoso. Son las fuentes del color. Son la base de la vida. Son el origen del aire puro. Son los posos de agua del futuro. Son los guardianes de la tierra ¿Ven que la magia realmente existe?

¿Por qué aquellos horribles seres humanos no ven lo que yo veo? ¿Será que el dinero te ciega? ¿Es el dinero algún alucinógeno? ¿Es el dinero algún tipo de droga que te aleja de la realidad?

La vida no está en nuestras manos. La naturaleza no está en nuestras manos. Somos tan ingenuos que pensamos que sí. Lo que existe es la ilusión del control. Lo que está en nuestras manos es el presente usando el pasado y pensando en el futuro.

Es cierto; ha habido cambios pero son mínimos.

¿Dónde estás? ¿Te estás ensuciando las manos? Estamos hablando de tu futuro y el de tus hijos. ¿Dónde está tu granito de arena? ¿Eres una gota que intenta formar parte del océano? ¿Sabías que juntos podemos cambiar el mundo? ¿Sabías que no es imposible? ¿Sabías que juntos podemos secar lagrimas? ¿Sabías que juntos podemos acabar con su dolor?


Reduce


Reúsa


Recicla


Yo estoy aqui para ti; para secar esa lágrima que cae y juntos luchar para cesar tu dolor.



Agradecimientos especiales: Gracias Luciana por dejar que utilize tus fotos increibles.

2 comentarios:

  1. Hola, oye esta genial en serio, que bonito escribes!

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  2. GRACIAAAS! Lo cierto es que hago lo que puedo. Gracias por leer :)

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