miércoles, 29 de septiembre de 2010

Atrévete, grita


La conciencia puede llegar a ser tu peor enemigo y el miedo puede llegar a matar tu alma.

El otro día vi una película sobre una chica Iraní y el dilema de su vida. Su abuela era gran parte de su vida, era muy sabia. En un dialogo le dijo algo que se me quedo, mucho. Quería escribir sobre eso pero no sabía con que relacionarse, hasta que el fin pasado haciendo zapping en la televisión escuché algo que aclaró muchas cosas en mi cabeza. Es increíble como un simple juego de palabras puedes hacerte comprender tantas cosas de esta complicada vida. Este particular juego decía: “Hay gente que tiene poder porque hay otros que se lo permiten” ¿Profundo?

Retrocedamos un poco en el tiempo. Siglo XVII ¿cómo vivía la gente? Reyes y pueblo. Pueblo porque estaba ahí la iglesia que le decía que sus reyes eran ‘reyes’ por poder divino de Dios, pero la mayoría no se dio cuenta que si se revelaban podían despojarlos de todo y dejarlos en la nada. Tomo esto como ejemplo para decir que los pobres se dejaron y nunca se preguntaron ¿en verdad necesariamente tenemos que ser pobres? Nosotros somos más, juntémonos y acabemos con el absolutismo.

Volviendo al siglo XXI, en un contexto muy común: estas caminando hacia una dirección determinada y luego la persona que está adelante tuyo tira un papel al piso. Tú sabes que está mal, pero por miedo, algo dentro te dice que no lo hagas, no le dices nada. Esto se repite varias veces y siempre reacciones de la misma manera. Entonces lanzo aquí la pregunta: ¿no es lo mismo que la situación de los pobres? Me explico: hay gente que tira basura porque hay otros que se dejan. Y como esta situación hay miles.

En nuestro país, que según Alan García será potencia dentro de unos pocos países, ¿no pasa esto todos los días? Miles de personas incumpliendo las reglas y otras miles faltando el respeto a los demás como si fuera algo normal ¿alguien hace algo? Un grupo muy reducido debo decir, creo que es el 0.001% de la población peruana. Entonces caemos en el mismo círculo vicioso: hay gente que incumple las reglas y otras miles faltando el respeto a los demás porque hay otros que se dejan.

Ahora ¿por qué? ¿Por qué sucede esto? La gente no es tonta. La gente se da cuenta que lo que hace la gente está mal entonces ¿por qué no dice nada? ¿Por qué no los corrige y de alguna manera u otra va mejorando la sociedad que nos rodea? La respuesta es muy simple y me inspiré de la película que les mencioné anteriormente. La respuesta es MIEDO, COBARDÍA de lo que pueden decir los demás acerca de ti. Lo sé porque a mi me pasa. No es algo que se me ocurrió escribir y ya. No. Me pasa a mi y estoy segura que a ti también. Estoy segura que ves un montón de cosas que están mal pero ¿dices algo? ¿hablas? ¿peleas? Tal vez lo hayas hecho, tal vez no; pero la cuestión está en que deberías hacerlo siempre.

Grita, habla. Atrévete a decir lo que los demás no esperan que digas. Recuerda: algunos tienen poder porque tú se lo permiten. La gente se pasa la luz roja porque no hay gente que le diga que no lo haga. La conciencia puede llegar a ser tu peor enemigo y el miedo puede llegar a matar tu alma. El miedo te frena, no deja decir lo que piensas. Tampoco digo que siempre digas lo que piensas pero cuando tú pienses que algo está mal es ahí cuando tienes que hablar, gritar.

No te quedes con eso adentro. Grítale al estúpido que piensa que puede hacer lo que quiere sin lastimar a los demás o a su ambiente. Te darás cuenta que hay gente a tu alrededor que piensa lo mismo y que te apoyará si tú das el primer paso; así que sé tú el primero y comienza el cambio que tanto lo necesita la sociedad y el mundo.

Atrévete

Tú puedes

Les escribe el ave sin alas, aún.

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